[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Últimos indicadores confirman mayor disponibilidad hídrica de la última década” font_size=”lg:32″][vc_column_text]

Si bien aún persiste la sequía en la zona central, los últimos informes del Coordinador Eléctrico prevén condiciones normales a secas para la próxima temporada, lo que produciría una caída en los costos de operación del sistema.

Una mayor cantidad de agua disponible para fines de generación eléctrica y riego habría durante la temporada de deshielos 2020/2021 que va de noviembre a marzo. Esto, según los resultados del cuarto informe que contiene los pronósticos para los caudales que se esperan en dicho lapso, datos clave para que el Coordinador Eléctrico Nacional programe el despacho de centrales hidroeléctricas por sobre otras más caras o contaminantes en los próximos meses.

Dicho reporte, realizado con datos obtenidos a finales de octubre, estima para ese período niveles de excedencia promedio de 64% entre los afluentes catastrados, lo que se compara con el 68% registrado en el tercer pronóstico entregado hace un mes.

Este indicador representa la cantidad de años (de los últimos 100) en que los volúmenes de deshielo fueron superiores a la presente temporada, por lo que mientras más bajo sea, mayor disponibilidad hídrica se proyecta para el siguiente año hidrológico. ‘En general, los resultados del cuarto pronóstico de deshielo 2020 para el período noviembre-marzo indican condiciones normales a secas en todas las cuencas, con probabilidades de excedencia entre un 37% y 81%, lo cual muestra mejoras respecto al mismo período del año 2019, en el cual la probabilidad de excedencia definitiva fue superior a 90%’, señalan desde el Coordinador.

De acuerdo con el detalle de los estudios del Coordinador, las mayores probabilidades de excedencia —es decir, los sectores más secos respecto al registro histórico— se presentan en las cuencas del río Cachapoal y en la Rama Tinguiririca y Rama Portillo, ambas con un 80%.

Las mejores condiciones se proyectan para la cuenca del río Maule, donde los informes presentan indicadores que van entre el 50% y el 62%, mientras que para la cuenca del río Laja las probabilidades se ubican entre el 37% y el 62%.

Son justamente estas dos ubicaciones las más importantes para la generación hidroeléctrica en el país, a la que se suma la cuenca del río Biobío, la cual presenta porcentajes entre 54% y 75%.

Estas cifras son, además, mucho mejores que las de la temporada anterior, donde el promedio de excedencia superaba el 85% entre los caudales de las cuencas de Aconcagua, Colorado, Rapel, Tinguiririca, Maule, Laja y Biobío.

Pero, también, en la revisión del registro histórico a la misma fecha del año en la última década solo en una ocasión el indicador estuvo cerca del actual, cuando exhibió 66% en 2015. Sin embargo, el promedio desde 2010 en adelante supera el 77%.

Pese a los mejores indicadores, desde el Coordinador ven con cautela la próxima temporada y adelantan que no es posible predecir el año hidrológico venidero, que se inicia en abril de 2021, debido a la alta independencia entre cada año. Por lo anterior, la entidad está modernizando las metodologías de pronósticos para reducir la incertidumbre en cada temporada.

Efectos

En los últimos años, producto de la profunda sequía que afecta a la zona central del país, el uso de las centrales hidroeléctricas ha ido disminuyendo.

Así, pese a las precipitaciones que se vieron durante el último invierno, en lo que va del año la generación hidráulica de embalse totaliza 7,87 TWh, lo que representa una caída de 4,33%, mientras que la de centrales de pasada alcanzó los 9,48 TWh, lo que significa una caída de 6,39%.

Este escenario podría cambiar durante esta temporada. Así lo ve el director ejecutivo de Acera, Carlos Finat, quien adelanta que gracias a la menor probabilidad de excedencia, se prevé una mayor disponibilidad de agua para el lapso 20-21. Esto, según las reglas de despacho que define la regulación, implica una mayor generación proveniente de centrales hidroeléctricas para reemplazar combustibles caros, como es el caso del carbón y del GNL.

‘Con una menor excedencia, es de esperar que aumente la generación hidroeléctrica. La competitividad de las centrales hidroeléctricas sigue siendo buena, especialmente si se le compara con los costos de generar con gas natural y carbón y en condiciones de buena disponibilidad de agua’, asegura Finat.

En esta línea, desde la Asociación de Generadoras comentan que si bien el pronóstico se actualiza mensualmente, en caso de mantenerse en los niveles actuales, el sistema podrá operar con costos inferiores a los del año anterior.

‘Esta es una consecuencia de disponer recursos renovables como el agua para generación, con resultados positivos también en emisiones de contaminantes locales y CO{-2}, pues estos recursos renovables desplazan el uso de unidades de generación que utilizan combustibles fósiles para operar’, explica el director de estudios y contenidos de las Generadoras, Rodrigo Solís.

Fuente: El Mercurio[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]