Sistemas de almacenamiento:

FRENO AL VERTIMIENTO

El almacenamiento es el soporte que puede resolver la variabilidad asociada a la integración masiva de generación renovable solar y eólica. No obstante, aún existen obstáculos que no permiten su completo desarrollo, evitando así su pérdida.
La integración creciente de energías renovables en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), sobre todo solar y eólica, hacen indispensable aumentar la capacidad de almacenamiento de energía, para aprovechar con eficiencia los períodos de abundancia de este tipo de generación que hoy es desperdiciada mediante su vertimiento. La tarea no es fácil, de acuerdo con la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), para almacenar esta energía, sería necesario disponer de un sistema de almacenamiento del orden de 1.300 MW y 5 horas de duración y en la actualidad, entre proyectos en operación y en pruebas, hay 230 MW (4,6 horas de duración en promedio) de sistemas de almacenamiento.

En el mediano plazo, se han realizado diferentes ejercicios de planificación que dan cuenta de la necesidad de incorporar sistemas de almacenamiento a la red y que ‘si bien cada uno de estos ejercicios está basado en diferentes supuestos y consideraciones, existe cierto grado de concordancia en que durante esta década el requerimiento de sistemas de almacenamiento es del orden de 2.000 MW de 6 a 8 horas de duración, concentrados principalmente en la zona norte del país’.

Por su parte, la Comisión Nacional de Energía (CNE) considera, de acuerdo con los análisis contenidos en el proceso de planificación de la transmisión del 2022, un desarrollo de almacenamiento para el 2027 en un rango entre 1.200 MW y 2.550 MW (en promedio 1.850 MW), y para el 2030 entre 2.000 MW y 3.450 MW (en promedio 2.650 MW). Sobre la urgencia de implementar sistemas de almacenamiento, el consenso apunta a que, en la medida que las centrales termoeléctricas sean retiradas del sistema, lo que implica una disminución de la inercia mecánica que estas máquinas le proveen al sistema eléctrico y que permiten balancear oferta y demanda ante contingencias; se generarán requerimientos que deberán ser satisfechos por otro tipo de atributos de balance de red.

Resolver los obstáculos no sólo aumentará la flexibilidad y dará mayor seguridad al suministro, sino que además permitirá acelerar el proceso de transición eléctrica y alcanzar la anhelada carbono neutralidad al 2050. Lo cierto es que el actual escenario obliga a la industria a revisar y corregir con urgencia los factores que están produciendo esta pérdida de ERNC.

Fuente: Revista Nueva Minería y Energía.