[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Provincia de Biobío concentra el 100% de los proyectos fotovoltaicos en la región” font_size=”lg:32″][vc_column_text]
Desde marzo del año pasado hasta la fecha se han ingresado, a tramitación ambiental, 18 iniciativas de generación de electricidad a partir de la fuerza del sol. La mayoría se concentra en Los Ángeles, con 12, seguida por Cabrero con cinco y Laja con una. El monto global supera los 187 millones de dólares.
El año 2019 quedará registrado en la historia de la provincia de Biobío por la irrupción de un nuevo actor en material de generación eléctrica: el sol. Y es que de acuerdo a los datos disponibles en el portal del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), hasta la fecha se han presentado 18 iniciativas de ese tipo: todas focalizadas en la provincia de Biobío. Ninguna en las provincias de Concepción o de Arauco.
Para ser más precisos, los proyectos se sitúan principalmente en Los Ángeles, con 12, y Cabrero con cinco, y en menor medida, en Laja, con uno.
En la revisión de los antecedentes se observa que todo partió en 2018, cuando se presentaron a tramitación ambiental dos proyectos (El Cortijo y Moya) en las cercanías de Cabrero. Ambos, que ya fueron aprobados sin reparos por el organismo medioambiental, se situaron en esa zona por su cercanía con la subestación Charrúa, lo que abarata los costos de la transmisión de la energía.
Sin embargo, la explosión de iniciativas ingresadas a análisis medioambiental se produjo desde marzo de 2019, con más de una decena de proyectos. Los últimos, que se sitúan en las cercanías de Los Ángeles, entraron a cumplir con ese trámite recién la semana pasada.
¿Cuál fue el factor detonante de este fenómeno ? Según los especialistas, los cambios introducidos al Decreto Supremo N° 244 del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, que permitió que pequeños y medianos proyectos de generación (hasta 9 MW) pudieran aportar directamente al sistema de distribución de energía eléctrica, sin tener que integrarse al Sistema Interconectado Central (SIC).
Ello abrió la puerta para que micro y pequeñas centrales hidroeléctricas,parques eólicos de dos o tres aerogeneradores y plantas fotovoltaicas —conocidos como Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD) — pudieran ser atractivos para los desarrolladores de proyectos e inversionistas.
Corazón energético
Los últimos datos corroboran que la provincia de Biobío sigue siendo el corazón energético del país. Todo partió en 1949, cuando inició sus operaciones la central Abanico, en la zona alta de Antuco, la primera de la serie hidráulica que uso las aguas del río Laja (las otras fueron El Toro y Antuco).
En los 90, en medio de las intensas polémicas por sus consecuencias para las comunidades pehuenches, se construyeron las centrales Pangue, Ralco y Palmucho, dando forma al mayor complejo hidroeléctrico del país, que se complementaría con la central Angostura y las proyectadas plantas Rucalhue y Frontera. Más tarde se sumarían otras centrales, que usan las aguas de los ríos Duqueco y Laja.
Sin embargo, en la última década se vio el florecimiento de pequeñas y micro centrales que emplean el caudal de ríos y canales de regadío para producir electricidad. Una veintena de plantas generadoras se ha instalado hasta la fecha en distintos cursos de agua en la zona.
En el lustro reciente irrumpió la generación eólica con proyectos de grandes parques en la zona al poniente de la provincia de Biobio (Laja, Los Ángeles, Negrete y Mulchén). Hasta la fecha, existen tres que están completamente operativos (Cuel, Negrete y Buenos Aires) y una decena que se encuentra en distintas etapas de desarrollo.
Fuente: La Tribuna de Los Ángeles[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]