[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD) como eje de apoyo a la transición energética” font_size=”lg:32″][vc_column_text]
Columna de Gonzalo Moyano, Director de ACERA.
Como su nombre lo indica, los Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD) son proyectos de energía de una escala menor a los de escala industrial (utility scale), conectándose en las redes de media tensión de una empresa de distribución eléctrica. A más de quince años de su incorporación, los objetivos de promoción de este tipo de generación eléctrica se han cumplido con creces.
La generación distribuida apunta a una mayor descentralización de la generación eléctrica, la cual busca avanzar hacia una matriz más diversificada, ya no desde el punto de vista de la tecnología de generación, sino que desde su localización. Se transita así hacia un mercado donde existe una mayor proporción de generación cercana a la demanda, posibilitando la existencia de plantas sin grandes líneas de transmisión, de menor escala, y con un impacto ambiental acotado.
Esta tendencia se ve reflejada en el aumento de su capacidad instalada en el mundo. Recientemente, se ha observado que las inversiones en generación distribuida alcanzaron $53 mil millones de dólares en el 2019, instalándose cerca de 51 GW de nueva capacidad instalada [1]. En Chile, ello se ha manifestado con fuerza a través de los PMGD, alcanzando una capacidad actual que llega a los 1275MW, según un reciente reporte de Sphera Energy. El mismo análisis señaló que el 24% de la capacidad instalada solar de 2019 en Chile correspondió a proyectos solares PMGD, lo que es -sin duda- un aporte importante al aumento de la generación renovable del país.
Otro de los efectos de la irrupción de los PMGD consiste en los ahorros derivados de las menores pérdidas para el sistema, como la reducción del costo marginal. En el año 2019, la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA) encargó la preparación de un análisis costo-beneficio en torno a los PMGD. En el estudio se cuantificaron beneficios que alcanzaron USD 138 millones por la disminución que los PMGD traían respecto de los costos variables de operación, así como otros USD 4,2 millones por disminución de pérdidas del sistema de transmisión. A su vez, se comprobó un beneficio de USD 139 millones por la disminución de valorización de retiros de energía.
Adicionalmente, los PMGD tienen un impacto positivo en las redes de distribución donde se interconectan. Al llevar adelante sus procesos de interconexión con las empresas distribuidoras, éstas exigen, para posibilitar su interconexión, la ejecución de obras de refuerzos en sus redes de distribución.
Dado que los PMGD están compuestos mayormente por generación renovable, se transforman en un elemento de gran importancia para la transición energética hacia una matriz baja en emisiones de CO2. A la luz de la estrategia nacional de acción climática y de descarbonización, ellos pueden servir como un pilar importante para el cumplimiento de las metas establecidas. A su vez, esta transición supone avanzar hacia una matriz crecientemente sustentable y socialmente responsable.
Otro elemento clave de los PMGD es que son una creciente fuente de inversión para el país. En tiempos donde atravesamos por un difícil momento económico derivado de la pandemia global de COVID-19, el portafolio de proyectos de PMGD actualmente en desarrollo resulta de fundamental importancia para la reactivación económica tras la emergencia sanitaria, así como para el mantenimiento de la actividad económica y de la inversión en los meses y años posteriores. Sin ir más lejos, los proyectos PMGD basados en energías renovables no convencionales que se encuentran en evaluación ambiental equivalen a alrededor de 2.100 millones de dólares.
No cabe duda que los PMGDs son un eje de apoyo clave para lograr la transición energética de Chile, pero para que su desarrollo se mantenga a buen ritmo se requiere de la mantención y profundización de elementos básicos de política pública y regulación.
Es de gran importancia que exista un marco regulatorio que entregue estabilidad a las inversiones asociadas, y que -más aún- las fomente. Esta industria ha sido objeto de diversos cambios normativos que, si bien en muchos aspectos han apuntado a objetivos deseables como la optimización de los procedimientos de interconexión y la disminución de la especulación de proyectos, también supone nuevos desafíos para la obtención de futuros financiamientos, así como para la atracción de nuevos inversionistas. Un ejemplo de lo anterior es la incorporación de un precio estabilizado que distingue entre distintos bloques horarios. Dado que muchos de los proyectos descansan en financiamiento bancario internacional para su ejecución, introducir este cambio en una metodología ya validada podría transformarse en un factor que desincentive el desarrollo de nuevos proyectos.
Por ello, sería deseable que el marco regulatorio de los PMGD vuelva a tener estabilidad para así posibilitar su rol como fuente de inversiones y de factor de apoyo a la transición energética. Del mismo modo, resulta muy importante que las distintas regulaciones asociadas al desarrollo de este tipo de proyectos, es decir, de concesión de terrenos fiscales, otorgamiento de permisos sectoriales, o de evaluación ambiental, guarden la necesaria coherencia y consistencia.
En el contexto actual de recesión económica y emergencia climática, el fomento de proyectos ERNC y específicamente PMGD podría ser un vehículo que logre al país avanzar en ambos frentes, siendo -además- un elemento central para lograr un mercado eléctrico sustentable, diversificado y descarbonizado.
Fuente: Reporte Sostenible[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]