[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Opinión – Trayectoria de la transición energética de Chile: El estudio más importante de ACERA” font_size=”lg:32″][vc_column_text]


Columna de Carlos Finat, Director Ejecutivo de ACERA.

A fines de 2019, los más destacados científicos del clima hicieron un llamado urgente a través del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) para limitar el aumento de la temperatura a no más de 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales.

Casi un año y medio después, los resultados globales son desoladoramente insatisfactorios. Entre el 1 de octubre de 2019 y el 26 de marzo de 2021, la concentración de CO2 en la atmósfera ha subido desde 408,60 ppm a 416,16 ppm, es decir cerca del 2% y cada vez se aleja más la meta de alcanzar emisiones globales netas cero para el año 2050.

A través de los últimos gobiernos, el país ha demostrado que el combate contra el cambio climático merece ser visto como una política de Estado, impulsando acciones que lo destacan en varios aspectos a nivel regional y mundial.

Una de esas acciones ha sido la apertura regulatoria para que el uso de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) como fuente de generación eléctrica se pueda desarrollar de la manera más amplia que permita el mercado. Así, en 2020 alcanzamos y superamos, con cinco años de anticipación, la Ley 20/25, que aspiraba a que las ERNC representaran el 20% del total de la energía eléctrica generada en el país. A diciembre de 2020 lograban un 22%. Incluso, esta semana el ministro de Energía anunció que presentará un proyecto de ley que busca impulsar una nueva meta para estas tecnologías, proponiendo 40/30. Algo conservador a nuestro juicio, pero siempre este tipo de iniciativas son buenas señales para seguir avanzando hacia el 100% renovable que es el objetivo final del sector.

Hay que considerar también que las elevadas participaciones horarias de las ERNC variables imponen un gran desafío al sistema eléctrico nacional para que éste pueda operar de manera técnicamente segura y óptima desde el punto de vista económico. En respuesta a ello se habla de dotar al sistema eléctrico con flexibilidad para adaptarse a las condiciones de generación de las diferentes fuentes de generación disponibles.

El desafío para Chile en este punto es reconocer que el conocimiento necesario no está resuelto y que para tener éxito en el tránsito desde el sistema eléctrico actual a la Red del futuro deberemos aprovechar las sólidas competencias de la ingeniería nacional y, a la vez, estar conectados con los desarrollos y avances tecnológicos presentes en algunos de los principales sistemas eléctricos del mundo.

Por parte de ACERA tomamos este desafío y estamos desarrollando un estudio que proporcionará sólidos antecedentes técnicos, económicos y ambientales para enfrentar uno de los cambios más importantes que se debe hacer en el sistema eléctrico nacional. Nos referimos al cierre de las centrales termoeléctricas a carbón, cuya fecha de retiro no puede definirse mediante decisiones voluntaristas que no atienden a la racionalidad técnica y económica de tan importante decisión. A través de ese estudio -sin duda el más importante realizado por la asociación- buscamos determinar la ruta más temprana en que las centrales a carbón podrían ser sacadas de servicio, sin poner en riesgo la seguridad del sistema y sin provocar alzas de precios evitables que pudieran afectar a los consumidores.

Chile puede hacer mucho más en la reducción de emisiones de la generación eléctrica. Tanto así que, incluso, compensaría las dificultades que otros sectores podrían enfrentar para cumplir su parte de la NDC de nuestro país. Para ello, la colaboración entre el sector público, la academia y la empresa privada es fundamental. ACERA hace suyo el objetivo de una transición energética sustentable y tan rápida como sea factible, basada en análisis técnicos que permitan a Chile seguir avanzando en la senda del desarrollo sustentable.

Fuente: Reporte Sostenible[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]