[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Opinión – Es vital avanzar en una estrategia de flexibilidad” font_size=”lg:32″][vc_column_text]
Columna de Darío Morales, Director de Estudios de ACERA.
Tradicionalmente, los sistemas eléctricos han ido evolucionando, buscando responder al objetivo de abastecer un cierto nivel de demanda eléctrica, con un determinado nivel de confiabilidad y al menor costo posible. A grandes rasgos, se puede decir que la técnica ha sido exitosa en ir logrando el cumplimiento de estos objetivos, fundamentalmente intentado reducir, al máximo posible, la incertidumbre en las variables de diseño.
Si bien los objetivos anteriores siguen vigentes, también es importante destacar que los sistemas eléctricos en diversos mercados internacionales están enfrentando un importante cambio de paradigma, impulsado por cambios tecnológicos y la aparición de nuevos objetivos ambientales y sociales que son igualmente necesarios cumplir. Los que han resultado en mercados y sistemas cada vez más dinámicos donde la incertidumbre, lejos de reducirse, va en aumento. Así, esta nueva realidad conlleva una mayor complejidad en mantener el equilibrio de la oferta y demanda de electricidad en todo momento, producto principalmente de las considerables variaciones e incertidumbres en la demanda eléctrica y disponibilidad de oferta de generación.
Chile no ha estado ajeno a este cambio, y es una de las razones por las cuales la industria renovable ha estado participando activamente de las discusiones que se han ido dando en el marco de la estrategia de flexibilidad lanzada por el Ministerio de Energía en septiembre pasado. Esta estrategia considera un cronograma de 30 meses para reformar reglamentos y normas técnicas del sector de acuerdo con tres grandes pilares: nuevo diseño de mercado para un sistema eléctrico flexible, marco regulatorio para fomentar los sistemas de almacenamiento de energía y operación flexible del sistema eléctrico.
En el primer pilar, el principal objetivo es mejorar las señales de mercado de corto, mediano y largo plazo, de forma que permitan al sistema eléctrico contar con la capacidad efectiva de abastecer la demanda en todas las escalas de tiempo. El segundo pilar busca, a juicio de la autoridad, eliminar las barreras regulatorias para los sistemas de almacenamiento, lo que implica un reconocimiento del aporte que esta tecnología hará en nuestro sistema eléctrico. Finalmente, el tercer pilar abordará las mejoras necesarias a hacer en la operación del sistema, tales como la señal de costo marginal, el proceso de programación de la operación y perfeccionar la operación en tiempo real, entre otros elementos.
El plan de trabajo propuesto por el Ministerio de Energía en la estrategia de flexibilidad es ambicioso y su desarrollo no estará exento de complejidades, sin embargo, avanzar en él es de vital importancia ya que no sólo nos permite reconocer que la flexibilidad es una característica sistémica, sino que como tal, también nos permite relevar el hecho que cada usuario del sistema: generación, transmisión, distribución y demanda, tiene una contribución importante que hacer en esta materia.
Fuente: Reporte Sostenible[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]