[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Los precios del petróleo alcanzan máximos históricos en pandemia a medida que los inversionistas apuestan en energías verdes” font_size=”lg:32″][vc_column_text]
La preferencia de Wall Street por las energías renovables podría significar que los productores de petróleo tendrán dificultades para satisfacer la demanda.
Algunos inversionistas están apostando que la preferencia de Wall Street por la energía verde hará que el gasto en extracción de petróleo se deprima, preparando el escenario para déficit de oferta y el aumento de los precios del combustible.
Las apuestas llegan a medida que los administradores de dinero ponen billones (millones de millones) de dólares en energía eólica, solar y otros programas de renovables y los gastos en proyectos de petróleo caen. La caída en el gasto de combustible fósil está siendo tan severa que las compañías de energía podrían tener dificultades para satisfacer la sed mundial de petróleo, según algunos analistas.
Se espera que el crudo se mantenga en alta demanda durante la siguiente década para fabricar combustible de transporte y petroquímicos usados para el plástico y otros productos domésticos. El consumo de estos en Estados Unidos ha subido últimamente luego de pasar lo peor de la pandemia por coronavirus, y los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), lo que ha dado un nuevo impulso a los precios.
Los precios estadounidenses del crudo alcanzaron máximos históricos de US$71,78 el barril el lunes, su nivel más alto en más de 2 años y medio, antes de cerrar ligeramente más abajo en US$70,88. Los precios casi se han doblado desde finales de octubre. Algunos traders están usando opciones de compra, lo que permite al propietario comprar o vender un activo a un precio específico en el futuro, para apostar a que los precios alcanzan los US$100 para el final del próximo año.
Incluso después de que la Opep y sus aliados eleven la producción en los próximos meses, algunos analistas piensan que a la producción le costará satisfacer la demanda, que la Agencia Internacional de Energía proyecta subirá hasta al menos el 2026. El gasto en extracción de petróleo cayó el año pasado a US$330.000 millones, menos de la mitad del total de su récord en 2014, según la firma de investigación Wood Mackenzie. Se espera que esa figura aumente modestamente este año y en los años que vienen.
Leigh Goehring, socio director en la firma de inversiones enfocada en materias materias Goehring & Rozencwajg Associates, afirmó que cree que los precios se dispararán en los próximos años, a medida que el consumo supere la capacidad de producción por un período sustantivo por primera vez en la historia. Su firma incrementó inversiones en productores de energía durante la caída del año pasado y han mantenido esas participaciones.
“Esto es la base para la siguiente crisis petrolera” afirmó. “Estamos en territorio desconocido”.
Los analistas dicen que un aumento del precio del petróleo podría pasar así: a medida que más personas vuelven a viajar después de la pandemia, se espera que la demanda suba. Eso permitiría a la Opep soltar las restricciones de oferta y reducir los inventarios globales de crudo. Si el consumo continúa subiendo más allá del 2022, como muchos esperan, el mundo necesitaría más petróleo de las mismas compañías a las que actualmente sus inversionistas les dicen que limiten el gasto, resultando en una escasez de oferta.
La Opep tiene la capacidad de aumentar rápidamente la producción y actualmente hay amplias reservas que podrían aprovecharse para responder a las subidas de precios. Pero muchos en Wall Street se están retirando de la industria de los combustibles fósiles, lo que hace que los inversionistas se pregunten si las empresas podrán recaudar suficiente dinero para cubrir cualquier brecha de oferta a largo plazo.
En los últimos años, la creciente producción de los productores de petróleo esquisto y las gigantes compañías petroleras de Estados Unidos redujo los precios. Ahora, muchos analistas dudan de que estas empresas aumenten rápidamente el gasto frente a la consolidación de la industria y la creciente presión ambiental. Las empresas de energía han recortado recientemente el valor de sus activos en decenas de miles de millones de dólares a medida que el sector hace frente a la ola de quiebras y reveses de proyectos del año pasado.
La inversión planificada en el suministro de petróleo a nivel mundial cae alrededor de US$600.000 millones por debajo de lo que se necesitará para satisfacer la demanda proyectada para 2030, según el analista de JPMorgan Chase & Co., Christyan Malek. La presión para entregar efectivo a los accionistas, en parte impulsada por las preocupaciones sobre las perspectivas a largo plazo de la demanda de petróleo, ha limitado la capacidad de la industria para invertir dinero en nuevos proyectos, afirmó.
“Es difícil ver de dónde vendrá el capital para crecer al ritmo que será necesario a partir de 2022”, afirmó David Meaney, director fundador de Assert Capital Management LP. El fondo de cobertura con sede en Dallas se está posicionando para precios más altos del petróleo a través de futuros de acciones y opciones de compra.
Las apuestas son un recordatorio de que la transición sin precedentes a las energías renovables y los vehículos eléctricos aún se encuentra en sus primeras etapas y podría pasar por varias fases. También muestra los desafíos que enfrentan productores como Exxon Mobil Corp. , Chevron Corp. y Royal Dutch Shell PLC. Además de las preocupaciones sobre el gasto y el rendimiento para los accionistas. están lidiando con mandatos para limitar el daño ambiental. Shell declaró la semana pasada que aceleraría los esfuerzos para reducir las emisiones tras un fallo de un tribunal holandés que ordenó a la empresa a tomar medidas más drásticas.
A medida que la economía se recupera de la pandemia, la pregunta que enfrenta la industria energética es si la demanda eventualmente caerá para igualar la oferta limitada, dicen los inversionistas. Eso revierte un paradigma de décadas de preguntarse si la producción puede ponerse al día con el consumo, con Wall Street debatiendo estimaciones inciertas sobre la velocidad de la transición renovable.
“Soy optimista con los vehículos eléctricos. Todavía falta tiempo para que puedan sacar una parte significativa de la demanda de petróleo ” afirmó Jason Bordoff, exasesor de energía de la administración Obama y director fundador del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia.
Otro obstáculo para los productores: la disminución de la producción de los pozos existentes a lo largo del tiempo. La cantidad de plataformas que perforan petróleo en los Estados Unidos permanece aproximadamente en 60% por debajo de los niveles de finales del 2018, incluso cuando los precios han aumentado, según muestran las cifras de Baker Hughes.
“Los inversionistas le han dejado claro al sector energético: ‘No gasten mucho dinero— afirmó Rob Thummel, gerente senior de portafolios de inversiones de la administradora de activos energéticos Tortoise. “Los directorios y los equipos de gestión deben escuchar a los accionistas”.
La industria de la energía no es la única que se muestra cautelosa. Las mineras, que quemaron dinero en efectivo la última vez que los precios de los metales industriales se dispararon, también se han mostrado reacias a invertir dinero en proyectos porque los inversionistas han fomentado una mayor disciplina.
Algunos analistas argumentan que las preocupaciones sobre la escasez de petróleo son exageradas, particularmente cuando los grandes proveedores aún retienen intencionalmente grandes cantidades debido a las disrupciones provocadas por el coronavirus. Los productores e inversionistas podrían ser menos disciplinados a la hora de limitar el gasto de capital y la oferta si los precios suben y podrían beneficiarse, afirman.
Pero por ahora, muchos se están posicionando para la escasez. Hayal Ahmadzada, director de trading de la rama de trading de la compañía petrolera nacional de Azerbaiyán, conduce un auto eléctrico de Tesla Inc., pero espera que el crudo suba por encima de los US$100 el barril el próximo año.
“La transición debe ser muy cuidadosa para evitar grandes interrupciones”, sentenció.
Fuente: La Tercera – Pulso[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]