[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Latinoamérica hace su apuesta por las energías renovables en la COP25″ font_size=”lg:32″][vc_column_text]

Durante la cumbre climática, las asociaciones de generadoras de diez países de la región y El Caribe, firmaron un acuerdo para potenciar el desarrollo conjunto de tecnologías y proyectos, que permitan masificar las fuentes limpias de producción energética.

Durante los últimos meses se ha hablado mucho sobre la “descarbonización de la matriz energética”, que deriva de la necesidad de disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que están acelerando el aumento de la temperatura media de la tierra y por ende, profundizando la crisis climática; lo que en otras palabras implica retirar el uso del carbón y otros combustibles fósiles de los sistemas de generación de energía y/o electricidad.

Una de las iniciativas que buscan avanzar en ese camino se dio durante la recientemente culminada Conferencia de las Partes, o COP25, presidida por Chile y realizada en Madrid, España. Y se trata del acuerdo al que llegaron una serie de asociaciones de energías renovables no convencionales (ERNC) de países de Latinoamérica y El Caribe para potenciar el desarrollo de estos tipos de generación limpia en diversos países.

Un hito para la producción de energías renovables y una herramienta fundamental ante la crisis climática en la cual se comprometieron asociaciones de diez países de América Latina y el Caribe: Colombia, Ecuador, Costa Rica, Haití, Honduras, Guatemala, República Dominicana, Perú, Paraguay y Chile, que tiene como objetivo principal establecer una línea conjunta de colaboración para lograr la meta de reemplazar los combustibles fósiles de la generación eléctrica.

José Ignacio Escobar, Presidente de Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera) entidad que asumió la Coordinación General de esta alianza explica que “esto marca un punto de partida en lo que será un trabajo conjunto de más de ocho países, a través de asociaciones que tenemos como objetivo central, promover las energías renovables, la sostenibilidad y la descarbonización para contribuir en la mitigación del cambio climático y mejorar la calidad de vida de las personas”.

A lo que agregó: “esta alianza, además de ser una instancia para compartir buenas prácticas, será un apoyo para promover inversiones en energías renovables en Iberoamérica e impulsar marcos regulatorios que sean afines y consistentes con las políticas ambientales y sociales de cada uno de los países”.

En el marco de trabajo de este grupo, se acordó designar a la gremial chilena Acera como Coordinadora General de la alianza, la cual asumirá este rol durante un año con la opción de una reelección por un periodo consecutivo adicional.

Entre las responsabilidades que tendrá Chile están: representar a las asociaciones en distintas actividades; proponer oportunidades de acciones conjuntas tendientes a cumplir con los objetivos del acuerdo; implementar las decisiones adoptadas; y realizar el registro de nuevas entidades que se incorporen al acuerdo; entre otras.

Al respecto, Juan Virgilio Márquez, CEO de la Asociación Empresarial Eólica, señaló que “la firma del compromiso de colaboración entre las asociaciones de renovables es un paso más para lograr resultados exitosos en la descarbonización de nuestras economías. El incremento de la eólica en el mundo para los próximos 10 años será exponencial y acuerdos como éste suponen estímulos para el desarrollo del sector eólico y de las renovables en su conjunto”.

Asimismo, Brendan Oviedo, presidente de Sociedad Peruana de Energías Renovables, indicó que “el acuerdo es una clara muestra de que Iberoamérica está construyendo su propia ruta renovable con inversiones que pueden traer desarrollo económico y, que al mismo tiempo, que contribuyen a mitigar el cambio climático y generan bienestar para nuestros ciudadanos”.

Además, recordó Perú recientemente anunció su meta de incrementar al 15% la generación con recursos energéticos renovables para el 2030, tiene aún mucho por desarrollar”.

El sector energía es el más contaminante en Chile y el mundo, aportando la mayor cantidad de emisiones. Según el Informe Bienal de Actualización de Chile sobre Cambio Climático, la generación de energía produce el 78% de las emisiones del país, por lo que el reemplazo a energías limpias es crucial.

Actualmente las ERNC tienen una capacidad de generación del 23% de la matriz energética del país, un meta que el país se había propuesto para 2025.

“Tenemos ya algunos estudios realizados con universidades y otras instituciones que dicen que es técnica y económicamente factible llegar a un 70% de generación a partir de energías renovables al año 2030. Nosotros creemos que se podría llegar a un 100% al 2040, si seguimos con el crecimiento que hemos visto en los últimos años”, señala José Ignacio Escobar, presidente de Acera.

Según cifras del Ministerio de Energía, a noviembre de 2019, y en términos de proyectos pequeños y de gran escala (sin considerar generación distribuida), Chile tiene una capacidad total neta instalada de 4.801 MW (megawatts) de centrales eólicas y solares, que en conjunto constituyen poco más de 200 centrales eléctricas, equivalentes a un 19,3% de la capacidad total neta instalada del país. Esta capacidad se descompone en 2.662 MW de centrales solares y de 2.139 MW de centrales eólicas.

Con el objetivo de avanzar a la descarbonización y cumplir la meta de que Chile sea país carbono neutral al 2050, en la COP 25, el Ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, informó que en el calendario de cierre de termoeléctricas anunciado a mitad de año por el gobierno, se adelantan el cierre de cuatro centrales.

Dos de ellas son las conocidas Ventanas 1 y 2 de AES Gener, ubicadas en la comuna de Puchuncaví y con una capacidad de 340 MW que dejarán de funcionar a fines del 2020 y de 2022 respectivamente. Además de las centrales Mejillones 1 y 2 de la francesa Engie, que cerrarían en 2024.

“Esta es una gran noticia para los chilenos. Son casi 700 megawatts de centrales a carbón que se cerrarán anticipadamente y que serán reemplazados por energías renovables, las cuales permiten tener electricidad más barata y limpia”, aseguró Jobet.

De acuerdo al cronograma del Gobierno, la primera fase de transformación de la matriz energética contemplaba la salida de 8 centrales hasta el año 2024 por un total de casi 1.000 megawatts. Mientras que la segunda fase señala que el cierre de las restantes 20 centrales a carbón que hay en el país debe producirse a más tardar el 2040.

Fuente: La Tercera[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]