[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”La mitad de las playas del mundo desaparecerían para fines de este siglo” font_size=”lg:32″][vc_column_text]
Estudio de imágenes satelitales, combinado con sistemas predictivos, configuraron este escenario. Tomando en cuenta la extensión de su costa, Chile podría ser uno de los países más afectados, tras Australia y Canadá.
El cambio climático tiene una nueva víctima: las playas. Un estudio —publicado en Nature Climate Change— concluyó que la mitad de las playas del mundo podrían desaparecer a fines de siglo debido a la erosión causada por fenómenos asociados al cambio climático. Los hallazgos son parte de un estudio global sobre la evolución de la costa arenosa realizado por investigadores del Centro de Ciencias de la Unión Europea. Para él tomaron como base observaciones satelitales entre 1984 y 2015, y las combinaron con proyecciones del cambio del nivel del mar y modelos climáticos hasta fines de siglo. Para el estudio también simularon 100 millones de tormentas para analizar la erosión costera.
‘Muy afectados’
Sin medidas para mitigar el cambio climático, ‘casi la mitad de las playas del mundo se sitúan bajo amenaza de extinción a finales de siglo’, dice Theocharis Plomaritis, investigador de l a U. de Cádiz (UCA) y uno de los autores del estudio. Según Plomaritis, si se adoptaran medidas de mitigación del cambio climático esa previsión se podría reducir en un 40%. El riesgo por erosión es especialmente alto en Gambia y Guinea-Bissau, donde más del 60% de las playas de arena puede perderse.
El informe además indica que si se analiza la longitud total de playa que se perdería, la zona más afectada sería Australia, con casi 12 mil kilómetros en peligro, mientras Canadá, Chile, México, China y EE.UU. también se verían ‘muy afectados’, dice el estudio. El 30% de las costas del mundo corresponden a este tipo de playas, dice la investigación, por lo que su pérdida tiene fuertes implicancias socioeconómicas dado el desarrollo turístico e inmobiliario a su alrededor. ‘Las playas son una protección natural.
Perderlas nos hace más vulnerables al oleaje extremo y a fenómenos como los tsunamis. Es una pérdida irrecuperable’, dice Carolina Martínez, académica del Instituto de Geografía UC, investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) y fundadora del Observatorio de la Costa.
Crecimiento urbano
Según Patricio Winkler, académico de Ingeniería Civil Oceánica en la U. de Valparaíso e investigador del Cigiden, este estudio es consistente con los resultados de las investigaciones que se han realizado en Chile, en especial con el dado a conocer en 2019 en que se determinó el impacto del cambio climático en nuestras costas. ‘Este es un análisis global. En cambio, nosotros miramos el fenómeno localmente, pero con lupa. Analizamos y proyectamos el impacto en 35 playas y ahora estamos analizando más.
No solo usamos imágenes satelitales, sino que hicimos mediciones en terreno’, aclara Winkler. Según las estimaciones del estudio chileno, las playas del país tendrán un retroceso de cinco a 25 metros a 2045. ‘Este fenómeno es multifactorial y no solo a causa del cambio climático. Incide el desarrollo inmobiliario encima de las playa que genera una erosión local. También cuando las ciudades crecen y comienzan a atrapar los influjos de arena que llegan a la playa’, explica. Otras de las causas son el aumento de eventos meteorológicos extremos, como marejadas, que se han ido acrecentando desde 2015, dice Martínez. ‘
Estos generan cambios morfológicos agresivos, los cuales pueden ser revertidos en el verano. Pero estos fenómenos ahora ocurren durante todo el año y eso agrava la recuperación de las playas’. Las costas arenosas son entornos extremadamente dinámicos debido a la alteración por las olas, los niveles del mar y los vientos, así como por factores geológicos y la actividad humana. Y aunque pueden adaptarse a algunas variaciones climáticas dentro de lo normal, la acción humana pone cada vez más presión en ellas al perder su capacidad natural de adaptarse.
‘Repercuten en ellas el crecimiento urbano que genera ocupación en playas, humedales y campos dunares. Además, las playas se alimentan de los sedimentos andinos y con menos precipitaciones hay menos traslado de estos materiales a la playa’, agrega. Esta temática es de suma importancia para el Estado. ‘La mayor parte de la inversión en infraestructura costera la realiza el Estado, de ahí que es importante que los planes de infraestructura consideren el efecto del cambio climático para su diseño’, aclara Winkler.
Fuente: El Mercurio[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]