[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Esperanzador: Pandemia podría reimpulsar la agenda climática” font_size=”lg:32″][vc_column_text]Los millonarios planes de estímulo podrían impulsar proyectos contra el calentamiento global. Esto, si resisten el lobby.

El futurista centro de convenciones SEC de Glasgow, Escocia, iba a albergar la cumbre climática COP26. Ahora, es un hospital de emergencia contra el covid-19.

La discusión ambiental se ha pospuesto. El mundo está centrado en enfrentar la pandemia y en cómo contener la otra crisis que se augura: la peor recesión desde la Gran Depresión. Y ahí surge una pregunta: ¿la preocupación económica frenarán la agenda climática?

Por ahora, al menos en el mundo desarrollado, el escenario se ve esperanzador. La canciller alemana, Angela Merkel, ya pidió que no se use dinero estatal para potenciar industrias que incrementen el calentamiento global. El FMI dijo lo mismo. “Los paquetes de estímulo se tienen que usar para un cambio más rápido y profundo. Los fondos públicos deben estimular energía limpia y transporte limpio, (…) no para subsidiar combustibles fósiles’, dice Rachel Kyte, ex directora de Energía Sostenible de la ONU.

“Estamos frente a una oportunidad extraordinaria”, agrega Gonzalo Muñoz, Champion de la COP25 de Madrid, que presidió Chile. “Podemos hacer un reset de la economía para que los Objetivos de Desarrollo Sostenible estén en el centro”. Esto, porque hay tecnologías y modelos de negocios que ayudan a resolver problemas económicos y atienden compromisos medioambientales.

La pandemia, además, genera conciencia ambiental en dos ámbitos.

Primero, ha dado un respiro al mundo. Se espera que las emisiones caigan a niveles de 2010 este año, según la Agencia Internacional de Energía. También en Chile, donde ya bajó el uso de energía eléctrica en 10%, según el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería y SPEC. “Quizás las personas van a demandar aire limpio y acción climática al ver lo que es posible”, dice Rob Jackson, profesor de la U. de Stanford y presidente del Global Carbon Project. Segundo, en las inversiones. Las ancladas a criterios socialmente responsables (ESG en inglés) han sido más resilientes. Según Allianz Global Investors, sus fondos ESG rindieron un 2,4% más que los índices MSCI de mercados emergentes y Euro Stock 50 en el primer trimestre.

“Un esfuerzo sin precedentes”

En Chile también existe la oportunidad de usar los planes de estímulo para potenciar la agenda climática. “Es perfectamente posible avanzar en reactivación, sin que implique un desmejoramiento de los estándares ambientales”, dice Rodrigo Benítez, ex subsecretario de Medio Ambiente. “La economía debe incluir esa variable para ser sustentable”.

Pero no será fácil. Jorge Andrés Cash, jefe del área Ambiental en Elías Abogados, cree que hay tres proyectos ambientales claves del gobierno. El primero es la reformulación del Sistema de Evaluación e Impacto Ambiental. El segundo, el que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Este tiene amplio acuerdo político, pero podría frenarse si se interpreta como una amenaza para la reactivación económica. El primero es más resistido. “La Comisión de Medio Ambiente de la Cámara deberá votar estos dos y solo hay margen para uno. Dado que el gobierno no logró apoyos en la reforma al SEIA, no hay coyuntura que permita revivirlo”.

El otro proyecto es la Ley Marco de Cambio Climático que, según Cash, “requerirá de un esfuerzo sin precedentes” para que los actores económicos se adapten. “Sin un acuerdo político amplio, está destinado a una temprana muerte, y no será posible cumplir la descarbonización al 2040 y mucho menos la carbononeutralidad en 2050”. Con los costos para las empresas de esta pandemia y el desempleo sobre los dos dígitos que se espera, estas medidas recibirán presión política y de lobby que pueden frenarlas.

Efecto rebote

No solo en Chile será difícil avanzar. Como sucedió en crisis pasadas, lo más probable es que con la recuperación de la economía las emisiones vuelvan a niveles previos a la crisis sanitaria. Y si países como China o Estados Unidos intentan impulsar sus alicaídas economías relajando las reglas ambientales, el rebote puede ser más duro. “La postergación de la COP26 y las dudas respecto al cumplimiento del Acuerdo de París, podrían generar un efecto rebote más significativo que el de la crisis económica de 2008”, dice Cash.

“Me preocupa que los gobiernos pierdan de vista o, incluso peor, retrocedan en sus compromisos climáticos”, agrega Jackson, de Stanford. Y perder de vista el cambio climático puede ser fácil frente a la peor crisis económica del siglo.

Fuente: La Segunda[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]