[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” text=”El boom del viento ” font_size=”lg:32″][vc_column_text]
En Chile, estudios evidencian que la energía eólica seguirá en expansión debido a la baja en los costos de inversión y los desarrollos tecnológicos que propician el crecimiento de esta fuente de generación eléctrica-energética.
Corría 2001 cuando en la Región de Aysén, en Alto Baguales, tres torres eólicas lograron generar 2 MW, abasteciendo de electricidad a casi 20.000 familias. Fueron los tres primeros aerogeneradores instalados en el país.
Seis años más tarde, entró en operación el primer parque eólico unido al Sistema Interconectado Central (SIC), ubicado en la localidad de Canela, Región de Coquimbo. El parque partió con 11 aerogeneradores que producen 1,65 MW cada uno, con una generación anual de 46.000 MWh. Precisamente, el año 2007 marcó el inicio de un boom que se ha desplegado en torno a la instalación de parques eólicos en el país, principalmente en la costa del Norte Chico y en otras zonas de Chile.
Desde entonces, hoy existe una capacidad instalada de casi 2.000 MW en centrales eólicas a nivel local, las que se concentran en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo por el norte, y Biobío, Araucanía y Los Lagos por la zona centro sur.
Adicionalmente, según datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE), hay 650 MW adicionales en construcción, y más de 6.000 MW cuentan con Resolución de Calificación Ambiental. Y es que según la literatura, la energía eólica se caracteriza por ser una fuente de generación inagotable, sostenible y no contaminante, que al día de hoy es la ERNC que ha experimentado uno de los mayores crecimientos de los últimos años.
Para dimensionar su impacto, se estima que 10 molinos de viento generan energía para abastecer la demanda de 19.000 hogares en un año, mientras que sólo uno de ellos evita la emisión de 6.375 toneladas de CO2 en el mismo período.
Un recurso generoso
Entre los factores que han contribuido a una mayor presencia de este tipo de tecnología en el país destaca su bajo precio, algo que también se refleja a nivel mundial. Para Darío Morales, director de Estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), también se ha desarrollado un ecosistema de empresas que prestan una cantidad relevante de servicios asociados al desarrollo de este tipo de proyectos.
‘Estas empresas han competido de manera exitosa en las licitaciones de suministro de energía para clientes regulados, lo que les ha permitido lograr el financiamiento para la construcción de sus proyectos’, señala el especialista.
Mientras que desde la perspectiva de los costos de inversión, el ejecutivo de Acera señaló que éstos podrían seguir a la baja, debido a los desarrollos tecnológicos y las economías de escala que se producen a la hora de masificarse este tipo de generación. ‘La energía eólica seguirá cumpliendo un rol importante en el desarrollo de una matriz eléctrica más limpia y de menor costo. Para esto, es importante que las empresas sigan haciendo sus desarrollos en estrecha coordinación con las comunidades donde se emplazarán las centrales’, comenta Morales.
Otro punto que convierte a la energía eólica como una alternativa óptima para la generación eléctrica es que los indicadores, que mapean el potencial del viento en Chile, dan cuenta que a lo largo de la costa, y también a grandes alturas, se encuentra el mayor potencial eólico del país, y que la mayoría se basa en vientos de Clase 3.
En el informe ‘El Potencial Eólico, Solar e Hidroeléctrico de Arica a Chiloé’, del Ministerio de Energía, se estima un potencial eólico total cercano a los 40.500 MW, en proyectos con factor de planta promedio de 0,34.
¿Pero cómo se proyecta el crecimiento de este tipo de energía en el contexto del plan de descarbonización y la meta que se ha trazado Chile de alcanzar la carbono neutralidad al 2050? Desde Acera sostienen que, debido a que en el país el mercado de la generación es competitivo, no es posible hacer predicciones sobre cuál será el rol específico que cumplirá cada una de las tecnologías. ‘Sin embargo, los estudios realizados tanto por la autoridad, como por otras instituciones, muestran que la energía eólica seguirá en expansión’, afirma Darío Morales.
Tendencias internacionales
El resto del mundo también ha sido testigo del desarrollo creciente que han alcanzado los proyectos eólicos. De acuerdo a la Asociación China para la Energía Eólica, en 2015 se aprobaron 40 GW de proyectos de esta naturaleza, en tanto se espera que entre el 2016 y 2020 se aprobarán 115 GW, lo que llevará la capacidad instalada de energía eólica a 260 GW. Al otro lado del continente, el mercado de la energía eólica en Estados Unidos representará más de US$170 billones en 2024, de acuerdo a un estudio de Global Markets Insights Inc.
De hecho, el incremento del financiamiento por parte de las instituciones más importantes, incluyendo el Green Investment Bank, darán el impulso al crecimiento del mercado de la energía eólica.
A su vez, la Asociación Turca de Energía Eólica apunta a que se instalen 10 GW de generación eólica al 2020. Pero uno de los países que ha liderado la participación de las energías renovables dentro de su matriz eléctrica, incluida la eólica, ha sido Alemania.
El país germano se trazó la meta de alcanzar un 35% de energía renovable para el 2020, la cual ya superó. En 2018, generó el 40% a partir de fuentes renovables y a comienzos de este año ya había obtenido el 43% de su producción bruta de electricidad a partir de fuentes renovables. Hoy la nueva meta apunta a que las ERNC lleguen a representar el 65% de la producción eléctrica en 2030. No obstante, los diagnósticos acerca del futuro previsto para la energía eólica en dicho país no son los mejores.
El CEO de WindEurope, Giles Dickson, dijo en una entrevista que este tipo de energía en Alemania está en graves problemas dada la supresión de puestos de trabajo en el sector, la animadversión de ciudadanos e inversionistas respecto al desarrollo de proyectos eólicos, entre otras razones.
‘En el primer trimestre de este año, no se ha registrado un sólo pedido de turbina en Alemania’, sostuvo el ejecutivo de la compañía, agregando que dicha situación está afectando la base industrial de aerogeneradores en el país germano. Pese a ello, a modo general, el Consejo de Energía Eólica Global (GWEC, por sus siglas en inglés), explicó en su informe anual que es probable que las instalaciones de turbinas eólicas se aceleren en los próximos cinco años. Todo ello, a medida que se abren nuevos mercados en Asia y África, impulsando un sector que hasta la fecha, ha disfrutado de un crecimiento constante.
‘Las instalaciones eólicas podrían crecer un 50% en total en los próximos cinco años y agregarían 300 gigavatios de capacidad de generación energética, lideradas por China, Estados Unidos y nuevos mercados en el sudeste asiático’, aseveró el organismo.
Volviendo a la realidad chilena, no hay duda que el interesante potencial energético del viento, nuevas regulaciones, la madurez tecnológica asociada a estas plantas y especialmente una rentabilidad atractiva para los desarrolladores de proyectos eólicos, han sido determinantes para el avance que ha experimentado la energía del viento. Es más. Con respecto a la tecnología, en una oportunidad el entonces gerente de Siemens Wind Power Chile, Tristan Wallbank, argumentó que hoy se dispone de turbinas diseñadas especialmente para los vientos de Chile, que son medianos a bajos, lo que ayuda a expandir esta tecnología limpia de manera económica y eficiente, ampliando las zonas en donde se puede instalar.
Fuente: Revista Nueva Minería y Energía[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]