En la Cuenta Pública, el mandatario se equivocó al proyectar una expansión económica mayor que el promedio de los últimos ocho años.

El Presidente Gabriel Boric enumeró ayer, en la Cuenta Pública, una serie de proyecciones económicas para cuando termine su administración. ‘2024 es el año en que la economía chilena se reactivó’, afirmó.

Sin dar cifras, mencionó que se reducirá la pobreza, bajará la informalidad (no especificó cuál) y se frenará el avance de la deuda pública. Sí expresó que el número de nuevos puestos de trabajo será de 700 mil.

Y agregó una expectativa controvertida: ‘Al finalizar nuestro mandato, la economía chilena habrá crecido anualmente por encima del promedio de los ocho años anteriores’.

En 2022, el crecimiento fue de 2,1%, y en 2023, de 0,2%.

En esa dimensión, La Moneda habría acertado en forma más acotada. Siguiendo las proyecciones oficiales del Ministerio de Hacienda, reflejadas en el reciente Informe de Finanzas Públicas de la Dipres, el PIB en 2024 subiría 2,7%, y en 2025, 2,5%. Así, durante el gobierno de Boric la economía avanzará en 1,9%. De materializarse el pronóstico presidencial, superará el 1,8% de crecimiento económico del segundo ejercicio de Michelle Bachelet.

Ambos —Bachelet II y Boric— anotarían la menor expansión en democracia.

La segunda administración de Sebastián Piñera cerró con una expansión de 2,5%.

Si se promedian Bachelet II y Piñera II, que coinciden con los ocho años previos a Boric, el crecimiento anual fue de 2,1%. Por lo tanto, La Moneda se equivocó al decir, en el discurso presidencial, que en este gobierno se crecería más que en aquel período. El problema es que el Presidente Boric dijo que, ‘en esto, me pueden cobrar la palabra’.

Este medio consultó a Presidencia si el Gobierno disponía de nuevos supuestos o si reconocían un error. Al cierre de esta edición, la respuesta fue que ‘el Presidente se traspapeló al leer’, porque en realidad se refería a cifras por habitante. No obstante, el mandatario, en rigor, leyó el discurso tal como estaba escrito.

Durante el Chile Day en Toronto y Nueva York, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, proyectó que el PIB por habitante durante la actual gestión crecería a un mayor ritmo que en los dos gobiernos previos. Basado en supuestos sí públicos, aquella proyección sería correcta: 0,6% sería el alza en Bachelet II, 0,8% en Piñera II, y 1% con Boric.

Pero solo sería por razones demográficas. ‘Esta comparación se beneficia del menor crecimiento de la población que hay ahora respecto de los gobiernos previos’, dice Hermann González, economista de Clapes UC.

Además, se trata de un indicador inusual en el debate económico en Chile.

El optimismo

El principio subyacente de las cifras expuestas al estilo presidencial es que existe evidencia de que en Chile la inversión extranjera directa (IED) por US$ 21.700 millones es récord desde 2015, o que el riesgo país está en su nivel más bajo desde febrero de 2018.

En ese escenario, el mandatario sostuvo que son ‘buenos signos que, independientemente de nuestra posición en el tablero político, no podemos dejar pasar’.

Ante ello, emplazó al empresariado nacional: ‘Quisiéramos contagiar este optimismo empresarial extranjero a la inversión nacional, donde sabemos que estamos muy por debajo de nuestras posibilidades’.

En el sector privado observan el asunto en forma diferente.

‘El Presidente habló de crecimiento en inversiones, pero aquí el mismo Banco Central ha dicho que hay que poner atención en aquellos proyectos nuevos de inversión, que esos son los que a nosotros nos faltan, porque esos son los que van a generar mejores puestos de trabajo y mejores condiciones también laborales para los trabajadores’, comentó el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes.

El líder gremial agregó que en los últimos tres meses hay mejoras en indicadores de comercio y la industria, pero nada relevante. Explicó que los sectores se preguntan si ”compro más camiones o no, hago más bodegas o no. Y eso es la certeza que tiene que haber, y eso no va a pasar hasta que no se cierren los temas de pacto tributario, los impuestos a las bebidas’, listó.

Desde la Sofofa, valoraron que se prioricen temas como el crecimiento económico, o la seguridad, pero hay otros temas que preocupan. Por ejemplo, ‘la negociación ramal o las señales insuficientes para reactivar la inversión, como una baja de impuestos para igualar las condiciones que tienen los inversionistas extranjeros. Tal como dijo el Presidente, nos tenemos que rebelar a un crecimiento de 2%, pero para hacerlo necesitamos medidas concretas que nos permitan al menos duplicar nuestro crecimiento económico’, sostuvo la presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro.

El presidente de la Sonami, Jorge Riesco, comentó que en la industria están a la espera de certezas para poder impulsar nuevas iniciativas, en medio del importante, pero insuficiente, aliciente que significa el precio del cobre.

‘Si no se van a anunciar medidas concretas específicas, por lo menos un compromiso con esas medidas concretas, o que se van a estudiar, pero eso es a un nivel más microeconómico, y se necesita eso, un nivel de diálogo para poder identificar esos pequeños o grandes espacios de mejora que hay en cada una de las actividades’, sostuvo Riesco.

Un tópico similar destacaron desde Asimet, donde esperaban mayores incentivos para aumentar los índices de productividad del país. ‘No estamos repuntando en materia de productividad y se hace evidente la necesidad de generar medidas para impulsarla, principalmente en materia de eficiencia laboral’, dijo el presidente de Asimet, Fernando García.

Proyecto de equidad

Otro de los elementos que destacó Boric en su discurso fue el que en julio se llegará a un sueldo mínimo de $500 mil, además de la ya iniciada implementación gradual de la Ley de 40 horas y novedades respecto al empleo femenino.

En ‘junio indicaremos el proyecto de ley de equidad salarial para que las mujeres sean remuneradas en función de sus méritos y no en función de una discriminación de género. A igual trabajo, igual paga’, dijo Boric.

Desde la CCS alertaron respecto de la agenda laboral, preocupaciones por cambios significativos que acumulan ‘de forma desproporcionada aumentos de costos en la contratación. Por medio de medidas que han tenido un efecto nocivo sobre el empleo, seguimos dejando atrás a más de 870.239 personas y sus familias desempleadas, que se suman a millones de personas en la informalidad’, dijo María Teresa Vial.