[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”COP26: 105 países, incluido Chile, acuerdan reducir el metano para salvar los bosques” font_size=”lg:32″][vc_column_text]
No firmaron Rusia, China, Australia ni India, que aportan grandes cantidades de este gas a la atmósfera. La iniciativa liderada por la Unión Europea y Estados Unidos propone reducir las emisiones en 30% hasta 2030.
La Unión Europea (UE) y Estados Unidos impulsaron n la COP26 una histórica alianza para reducir esta década en 30% las emisiones de metano (CH4), un pacto global contra ese potente gas de efecto invernadero, menos conocido pero más dañino que el dióxido de carbono, al que se sumaron 105 países, incluido Chile, pero no contó con cuatro de los mayores contribuyentes de CH4: Australia, China, India y Rusia.
Cumplir el objetivo propuesto permitiría limitar el aumento de la temperatura del planeta en 0,2 °C para 2050 y evitar 200.000 muertes prematuras, cientos de miles de ingresos hospitalarios de emergencia por asma y la pérdida de 20 millones de toneladas de cosechas al año, dijeron los responsables de la propuesta.
“En tomo al 30% del calentamiento global (25% según el IPCC, panel de expertos de la ONU) desde la Revolución industrial se debe a las emisiones de metano”, pero “es uno de los gases que podemos cortar más rápido, y haciéndolo se ralentizará inmediatamente el cambio climático”, dijo la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen.
El metano proviene principalmente de los vertederos, la agricultura, del sector ganadero y del energético, yes esta última área de actividad la que presenta “sin duda más potencial de reducción”, dijo Von der Leyen en la cumbre climática que se celebra estos días en la ciudad de Glasgow.
“Alrededor de la mitad del calor que experimentamos” proviene de las emisiones de metano, resaltó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para describir este gas que aporta al efecto invernadero corno el óxido nitroso, el ozono troposférico, el vapor de agua o los gases fluorados, entre otros. Biden recordó que cuando se anunció la idea en septiembre, solo la UE y nueve países se habían sumado, pero ahora son más de 100, con socios como Colombia, Togo, Vietnam, Brasil, Canadá, Ecuador, Micronesia, Chile, Indonesia y Marruecos.
En el caso de Chile, su Estrategia Climática de Largo Plazo presentada en la COP26 indica que una de las medidas para aportar al acuerdo fumado ayer será la valorización, a través de la economía circular, de residuos orgánicos que actualmente terminan en vertederos generando metano que va a la atmósfera. Una posibilidad es utilizarlos en lugar de fertilizantes sintéticos que actualmente son importados.
Pese a la ausencia de los cuatro grandes emisores que más arrastran los pies en la lucha climática, Australia, Rusia, India y China, los países firmantes representan alrededor del 40% de las emisiones del gas metano y el 60% del PIB mundial.
“Lo que hagamos entre ahora y 2030 va a tener un impacto significativo en que podamos o no cumplir nuestros compromisos a largo plazo”, dijo Biden, quien confió en que se pueda ir “más allá” de esa reducción esperada del 30%. Agregó que su país tratará de disminuir el CH4 en su sector agrícola y en sus gasoductos.
Aunque no firmó, el Gobierno de Australia, uno de los países más contaminantes del mundo per cápita, se comprometió a emisiones cero para el 2050, pero no de forma vinculante y sin renunciar al carbón.
PELIGROSO GAS
El metano es hasta “80 veces (84, según científicos) más destructivo que el CO2 y es totalmente responsable de 0,5 grados del calentamiento de 1,1 °C que tenemos hoy”, explicó el enviado especial de Estados Unidos contra el cambio climático, John Keny. En 2019, el CH4 en la atmósfera alcanzó un récord al duplicar la tasa de emisión de la época preindustrial.
El pacto busca no sólo reducir la cantidad de metano que se libera a la atmósfera, sino también desarrollar “mejores metodologías de inventado disponibles para cuantificar las emisiones de metano”, lo que explica que los datos sobre el impacto y origen de ese gas difieren ligeramente según la fuente.
La ONG Greenpeace dijo que esta iniciativa “debe ser el comienzo y no el fin de la ambición de reducir este potente gas, que tiene 28 veces el potencial de calentamiento del CO2”. Manfredi Caltagirone, director en funciones del nuevo Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO), explicó que “el CO2 nos dice cuánto se va a calentar el planeta, mientras el metano nos avisa cuán rápido se va a producir ese calentamiento”.
Fuente: El Mercurio de Calama[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]