[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” google_fonts=”font_family:Poppins%3A300%2Cregular%2C500%2C600%2C700|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal” text=”Chile presenta su estrategia climática para reducir sus emisiones de carbono hacia 2050″ font_size=”lg:32″][vc_column_text]
Hoy el Ministerio del Medio Ambiente da a conocer el documento que establece los objetivos y metas sectoriales con los que el país busca enfrentar el cambio climático en las próximas décadas. En su desarrollo estuvieron involucradas alrededor de 5.000 personas, en un trabajo realizado durante la pandemia.
Una hoja de ruta con los plazos, medidas y metas que se necesitan para alcanzar la carbono neutralidad de aquí al año 2050 es lo que contiene la Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP), que será dada a conocer hoy por el Ministerio del Medio Ambiente y con la cual el país busca enfrentar el cambio climático.
El documento —que el Estado chileno presentará formalmente en la COP26, que comienza el 1 de noviembre en Glasgow (Escocia)— considera, por primera vez, una serie de presupuestos de emisiones de gases de efecto invernadero por sectores económicos: es decir, el máximo que puede emitir hasta 2030 para cumplir con los compromisos adquiridos por Chile en la materia y que forman parte de las medidas suscritas en el Acuerdo de París, de 2016, que busca frenar el calentamiento global.
‘Chile, como presidencia de la COP25, ha impulsado la meta de alcanzar la carbono neutralidad y la resiliencia a más tardar el año 2050. Pero no solo es importante alcanzar la meta, sino cómo llegamos a ella; la ECLP es el camino de transformación de todos los sectores para convertirse de la forma más costo-eficiente, inclusiva y robusta posible’, explica la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
A la fecha, agrega, solo 33 de los 198 países firmantes del Acuerdo han dado cumplimiento a este compromiso (Chile es el primero de América del Sur). De hecho, Gran Bretaña, país a cargo de la COP26, dio a conocer ayer su estrategia. ‘Esto habla de un trabajo que hemos realizado en conjunto’, precisa.
Ejercicio participativo
A nivel local, del total de 1.100 millones de toneladas de carbono que el país se fijó generar durante esta década —la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), establecida por Chile en abril de 2020—, el 29% corresponde a Transporte, el 26% a Energía, el 16% a Minería, 11% a Agricultura, 9% a Vivienda, 5% a Salud y 4% a Obras Públicas.
Cada uno de esos siete sectores está a cargo del ministerio respectivo, que ‘debe establecer planes de adaptación y mitigación, definiendo acciones concretas’, cuenta Carolina Urmeneta, jefa de la Oficina de Cambio Climático del MMA.
Medidas como el retiro de, al menos, el 65% de las centrales a carbón para 2025, 25% de reducción de emisiones por incendios para 2030 y 100% del transporte público urbano eléctrico en todo el país, son algunas de las medidas (ver infografía).
‘Para que muchos de estos cambios se logren, es clave que el sector energía haga un cambio trascendental. Al transformarse, hace que los demás lo hagan también’, dice Urmeneta, quien agrega que no solo se trata de estrategias a nivel industrial, sino también ‘con soluciones basadas en la naturaleza’.
La ministra Schmidt destaca que la elaboración de la ECLP fue un proceso muy participativo y transversal, que llegó a involucrar a alrededor de 5 mil personas. Entre mayo de 2020 y julio de 2021 se realizaron más de 100 talleres a lo largo del país, en los que se invitó a trabajar a organizaciones gremiales, ONGs, comités regionales, público general y especialistas.
También se contó con la participación de un consejo asesor y del Comité Científico de Cambio Climático de la COP25. Para su presidenta, Maisa Rojas, ‘este es un tremendo avance porque es la primera vez que se le asigna la tarea (de reducción de emisiones) a cada sector y a cada ministerio con nombre y apellido’.
‘Lo más interesante es que este es un ejercicio donde todos los sectores de manera transversal se ponen de acuerdo y ven la figura completa. Algo muy distinto de cómo suele funcionar el Estado, de forma separada y con muy poca coordinación’, agrega. Además esto permitirá determinar ‘qué sectores están más avanzados, y cuáles deberán apurar el paso’.
Catalizar esfuerzos
Con ella coincide Claudio Seebach, presidente de Generadoras de Chile, quien participó en la discusión. ‘Es una estrategia ambiciosa pero abordable y se ha ido trabajando en conjunto entre sociedad civil, sector privado y sector público, como una buena política de Estado’.
A su juicio, ‘la electricidad es la mayor oportunidad de mitigación y adaptación al cambio climático, tanto por la masiva inversión en generación renovable como por el compromiso de retiro de centrales a carbón que impulsamos como Generadoras de Chile, como por la electrificación de los consumos en industria, minería, climatización, la electromovilidad y la producción de hidrógeno verde con electricidad renovable’.
Para Eduardo Bitrán, exvicepresidente ejecutivo de Corfo y actual presidente del Club de Innovación, quien también participó de la elaboración de la estrategia, un aporte muy importante que hizo el MMA fue haber contratado con el BID un estudio en que se evalúan diversos escenarios de cumplimiento, y las conclusiones son ‘extremadamente relevantes’. ‘Ellos analizan mil escenarios distintos y en la gran mayoría no se cumple la carbono neutralidad al 2050. Las estimaciones de cómo llegamos a la carbono neutralidad tiene niveles de incertidumbre importantes’.
Según Bitrán, el sector más complicado es el forestal, porque se requiere un nivel de captura de carbono muy significativo. ‘Para lograrlo es necesario una reforestación de más de un millón de hectáreas en bosques naturales de parques nacionales, y también un manejo sustentable del bosque nativo y de la biodiversidad. Obviamente esa es un área extremadamente compleja, afectada por los incendios forestales y el negocio de la leña, principalmente el ilegal’.
Tanto Seebach como Bitrán reconocen que el mayor desafío será la implementación de las medidas necesarias para catalizar los esfuerzos que permitan dar cumplimiento a las metas establecidas (ver recuadro). ‘Eso requiere de un involucramiento activo de todos los sectores y pensar en nuevas soluciones —regulatorias, de mercado, innovación, entre otras— que son necesarias para gatillar la transición hacia una economía baja en emisiones’, puntualiza Seebach.
Fuente: El Mercurio[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]