[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” text=”Adiós a la COP25: los aprendizajes y pérdidas que deja el cambio de sede” font_size=”lg:32″][vc_column_text]
Actores ligados al mundo del emprendimiento analizan lo que esto significa para la agenda medioambiental. Si bien no se desaprovecha el trabajo realizado, expertos insisten en que estos temas debiesen seguir en la discusión.
Hasta hace unos días, 2019 había sido el año de la agenda climática: Chile sería sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25). El evento presidido por nuestro país reuniría a 25 mil personas de 196 naciones en torno a este tema e incluso vendría la ambientalista sueca Greta Thunberg. Fueron siete meses de preparación para la cumbre que iba a realizarse en Santiago y que ahora tendrá sede en Madrid luego de que el Gobierno decidiera, el miércoles pasado, cancelarla por razones de seguridad ante las protestas que afectan al territorio nacional desde octubre. Pero el propósito no fue en vano, ya que en este tiempo, el país firmó la promesa para ser carbono neutral en 2050 y descarbonizar la matriz energética para 2040. Y a pesar del cambio de sede, Chile continuará teniendo la presidencia de la cumbre, lo que deja entreabierta la posibilidad de seguir profundizando en los compromisos con el cuidado de la Tierra.
Una oportunidad perdida
Más allá de los gastos económicos, como la inversión en construcción del lugar del evento situado en Cerrillos —de 85 mil m{+2} de extensión y que contemplaba la plantación de 1.000 árboles nativos—, emprendedores y expertos advierten que es mucho más lo que se pierde con este cambio de planes, refiriéndose a las temáticas medioambientales que se habían instalado en la agenda pública y en la conciencia de las personas. ‘Se invisibilizan las iniciativas locales que no podrán viajar a la COP25 en Madrid. Probablemente, la agenda del evento se realizará de la misma forma en España, pero lo que se podía aportar desde el contexto local no estará: organizaciones de la sociedad civil, pymes y otras iniciativas que están trabajando en temas relacionados al cambio climático’, comenta Ximena Muñoz, directora ejecutiva de Fundación Ciluz, Centro de Investigación de Luz y Energía.
Para Sebastián Vidal, exdirector ejecutivo de Start-Up Chile y actual director ejecutivo de la aceleradora Parallel18, había una oportunidad para que el país se posicionara como líder en la discusión ambiental y de la solución a los problemas climáticos.
Juan Pablo Larenas, director ejecutivo de Sistema B Internacional, coincide en que Chile pierde una chance, porque ‘era un espacio para demostrar que la crisis climática tiene una relación directa con la inequidad y de acoplar la agenda de acción climática con la agenda social. Sin justicia climática no hay justicia social y los más afectados por la crisis climática son las personas que viven en situación de vulnerabilidad, los más pobres’.
Similar es la opinión de Pedro Bulnes, gerente general de Rembre: ‘Esto significaba mostrarle a la clase política y gerencial lo importante que es el medio ambiente para toda la sociedad y, sobre todo, para aquellos que han tenido menos oportunidades, que usualmente son los más afectados por la contaminación dada la inequidad que tenemos en Chile’.
Desde el mundo de las startups, Magdalena Echeverría y Trinidad Lira, creadoras y socias de la firma sustentable EnvuelBee, señalan que tras años de intentar visibilizar estas temáticas, esta era la primera vez que se ponía al medio ambiente como centro de la agenda del Gobierno y por eso sostienen que ahora ‘debemos velar porque se mantenga’.
Las enseñanzas ganadas
Pero no todo es pérdida. Los expertos coinciden en que estos meses de preparación sirvieron y dejaron lecciones y avances en temas medioambientales. ‘Se tomaron bastantes acuerdos importantes en materia de cambio climático. Se generaron instancias de diálogo entre científicos, organizaciones de la sociedad civil, empresas e instituciones’, señala Ximena Muñoz. A lo que las fundadoras de EnvuelBee agregan: ‘Han sido meses de mucho avance, concientización y cambios para todo el país. Ver, por ejemplo, cómo los medios de comunicación dedicaban parte importante de su pauta a educar sobre temas como la huella de carbono o las consecuencias del cambio climático es algo que no estaba sucediendo y era urgente que ocurriera’.
Juan Pablo Larenas recalca que quedó en evidencia la vulnerabilidad de la agenda climática, al estar planteada de manera desconectada de la agenda social y las problemáticas actuales de la gente. Por otro lado, destaca la manera como se visibilizó un movimiento ciudadano realmente comprometido con las demandas medioambientales, existiendo muchas organizaciones de la sociedad civil dispuestas a colaborar con el Gobierno y con las empresas.
También coinciden en que existe una urgencia por seguir conversando temas climáticos a la par de las demandas sociales, y que estos tópicos no deben dejarse de lado ahora que el país ya no será sede de la COP25. ‘Claramente, Chile es un país que tiene muchas cosas pendientes por resolver en lo social de manera muy urgente, pero no son temas que puedan abordarse de forma aislada a las temáticas medioambientales, sino que van profundamente entrelazados. Hoy no podemos hacer una reforma en educación que no considere incorporar de manera contundente la educación medioambiental, debe ser una piedra angular de la formación de las nuevas generaciones’, comentan Echeverría y Lira.
Pedro Bulnes añade que ambos contenidos ‘van conectados. No es elegir uno u otro. Para tener mejora social, se tiene que ver el tema medioambiental. Somos un ecosistema y debemos entender que si tratamos de remediar una cosa, no lo lograremos si no equiparamos la otra’.
Además, concuerdan en que se alza una instancia para repensar la forma de vivir en sociedad. ‘Es una gran oportunidad para hacer un cambio de comportamiento y ver cómo nosotros afectamos al cambio climático desde nuestras acciones. En energía, agua y contaminación, el emprendimiento y la innovación tienen mucho que aportar y decir. Ahí deberíamos enfocarnos’, concluye Sebastián Vidal.
Fuente: El Mercurio[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]