[vc_row][vc_column][tm_heading style=”thick-separator” tag=”h5″ custom_google_font=”” text=”Acuerdos de Producción Limpia: Los logros y avances del país a dos décadas de su inicio” font_size=”lg:32″][vc_column_text css_animation=”fadeIn”]
Aunque el diseño de estos acuerdos voluntarios se ajusta a los desafíos de cada sector, tienen un fin común: mejorar la productividad de las empresas con estrategias que sean amigables con el medio ambiente.
La Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) estima que en los últimos seis años las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) han alcanzado una reducción de 535.693 toneladas en Chile. Un logro importante en la lucha contra el calentamiento global, enmarcado en los objetivos planteados en los Acuerdos de Producción Limpia (APL), instrumentos promovidos por esta entidad y validados por la ONU como la primera Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada.
Los menores niveles de emisión asociados a quema de combustibles en establecimientos o transporte (48%), la disminución de emisiones relacionadas a eliminación de residuos sólidos (28%), junto a un menor consumo de energía en las instalaciones productivas adheridas a distintos APL (21%), son las tres principales fuentes que han contribuido a la meta alcanzada hasta ahora, a partir de estos instrumentos diseñados para mejorar las condiciones productivas y ambientales de las empresas y, por ende, del país.
Su implementación, además, se ha traducido en ahorros equivalentes a US$ 280 millones, según la ASCC. ‘Los resultados dan cuenta del potencial que tienen en el marco de la estrategia de cambio climático y sustentabilidad’, sostiene Giovanni Calderón, director ejecutivo de la ASCC, organismo que antes funcionaba como el Consejo Nacional de Producción Limpia, que por más de 17 años impulsó acuerdos público-privados de este tipo y que hoy depende de Corfo y el Ministerio de Economía.
Impacto
Mucho se ha avanzado desde el primer APL firmado en 1999 con el sector celulosa en las regiones del Maule y Biobío. Calderón detalla que a la fecha se han suscrito 157, involucrando a 8.200 empresas de distintos sectores productivos, con un total de 13.300 instalaciones adheridas. Las cifras demuestran el interés frente a estos acuerdos voluntarios.
Y la razón principal es que generan valor, coinciden los expertos. Calderón explica que su importancia está en el logro simultáneo de objetivos ambientales y de fomento productivo y su potencial de convertir ‘un problema de gestión ambiental y social en una oportunidad competitiva’. También destaca que son estructuras formales de trabajo que ‘dan respaldo institucional a iniciativas alineadas con objetivos país’. Victoria Paz, directora de Estrategia y Sustentabilidad de Corfo, subraya el peso que tienen frente a los actuales desafíos planteados en la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y los requerimientos de la tan demandada economía circular. ‘Los APL ya implementados y los que vendrán representan casos piloto y experiencias de mucho valor para aportar a la discusión de los decretos que el Ministerio de Medio Ambiente actualmente trabaja’, dice la ejecutiva.
El ‘espíritu de confianza y cooperación’ en el que se sustentan es lo que ha propiciado que se multipliquen, dice Andrés Jensen, gerente de Sostenibilidad de Disal. ‘Eso los ha consolidado como un instrumento eficiente de gestión (…) permitiendo a las empresas participantes adoptar mejores prácticas ambientales sobre la base de compartir experiencias y tener acceso a casos de éxito’, señala.
Mientras que Juan Carlos Domínguez, presidente de la Asociación Gremial de Productores de Cerdos de Chile (Asprocer) considera que la importancia está en que establecen una hoja de ruta para las empresas que quieran ejecutar acciones en pos de la eficiencia y sostenibilidad. ‘Una estandarización de este tipo en la producción es siempre muy positiva y finalmente son reglas claras que facilitan los procesos y dan certeza a las partes interesadas’, añade. Y aunque cada sector tiene requerimientos distintos y sobre esa base se definen las metas a cumplir, en manufactura es donde se han visto los mayores resultados y también donde se concentra la mayoría de los acuerdos, dice Calderón.
Pero obtener ganancias implica transitar una línea que siempre será la misma: mejorar la productividad siguiendo estrategias amigables con el medio ambiente. ‘Asesoramos a los beneficiarios finales de los APL para que puedan acceder a subsidios sectoriales del Servicio de Cooperación Técnica o del Instituto de Desarrollo Agropecuario, sólo por mencionar un par de instituciones’, ejemplifica, y de esta manera ‘puedan financiar las acciones a las que se comprometen en los APL, como instalar paneles fotovoltaicos para sus procesos o sustituir un sistema de riego por uno con una tecnología más sustentable’.
Fuente: Diario Financiero[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][tm_spacer size=”lg:30″][/vc_column][/vc_row]